lunes, 1 de agosto de 2011

[SEVILLA SEVILLA SEVILLA] El joven Ndri


El joven Ndric nunca olvidará la fecha del 30 de Marzo del 2011.

El escenario en Tabou era realmente aterrador, había combates por todas partes, saqueos e incendios. Lo estaban destruyendo todo.


Las tropas rebeldes de Ouattara, legítimo ganador de las elecciones, han conseguido entrar en Abiyan.

El Presidente Laurent Gbagbo, ha cortado el suministro de luz y agua a toda la zona norte y oeste, provocando el caos en todo el país.

A duras penas pudo coger a sus cuatro hijos,de 9, 7, 4 y 2 años y convertirse en uno más del millón de refugiados que huía de una guerra que jamás entendió. Un millón de personas vagando hacia un destino desconocido.

Su hija de 7 años guarda todas sus pertenencias en un bolso mientras carga a su hermano pequeño en la espalda.

Su mujer Catrien, embarazada de 5 meses, formaba parte de la comitiva que buscaba desesperadamente la frontera con Liberia. Teme por la vida de su joven esposa.



En su retina los recuerdos de su infancia.

Nacido en Junio de 1983, justo cuando los caprichos de las decisiones unilaterales de los mercados internacionales, donde países como el suyo no tienen ni voz ni voto, hicieron que el precio del cacao, principal y casi única fuente de riqueza bajara considerablemente, sumiendo aún más en la pobreza a un país que podía haber sido un modelo en un continente condenado al fracaso.

Hijo de un inmigrante liberiano,pudo formar parte y trabajar allí,gracias a que el padre de la nación Félix Houphouëte Boigny ,abriera la frontera e intentara la integración de miles de casos como el de su padre.

Toda su vida ha crecido con el estigma de no ser un marfileño puro.

La Ivorité, concepto acunado por los seguidores de Konan Bedié, para intentar que Ouattara (de origen burkinés) no pudiera ser presidente de la República. Concepto que ha creado la discordia y una de las causas que hace que Ndric camine con su familia hacia el abismo.

Perdió a la totalidad de su familia en la primera guerra civil del 2003,cuando otra vez las  fuerzas rebeldes arrasaron Bouaké y las aldeas de alrededor donde vivian familias campesinas como las suya.

Su madre murió embarazada en la huida hacia el sur al dar a luz en mitad de camino. Murió el bebe, murió ella y murió su hermana pequeña de pena.

No había tiempo de mirar atrás, su padre Abou consiguió llegar con él y sus dos hermanos supervivientes a la ciudad.

Nunca olvidará la mirada de su madre muerta en el camino y miles de personas corriendo despavoridas intentando huir de semejante infierno.

Nadie guardará un minuto de silencio en ningún campo de fútbol por ella,al fin y al cabo, un muerto en el tercer mundo no vale lo mismo que en el primero, aún multiplicando por mil cualquier tipo de desgracia.



La inercia y la masa, les llevo a la entrada de la ONG católica San Camilo, situada a la espalda del Hospital Universitario, miles de personas de agolpaban hacia la verja para intentar conseguir un poco de arroz.

Ndric vio a mujeres, niños y jóvenes caer desplomados de hambre y desesperación.

El rostro de un hombre ensangrentado le suplicaba un poco de arroz para su familia. A duras penas consiguieron un par de raciones. Algunos podían llevar hasta 12 días sin un triste mendrugo de pan que llevarse a la boca. Su padre las repartió sentado bajo un árbol en un casco militar convertido en cazuela.


Por eso, sabía que huir hacia Liberia era una de las pocos hilos de esperanza que le podían quedar para él y su familia, sabía de lo que hablaba.

No quiere que sus hijos vivan el infierno que a él le ha tocado sufrir durante los años posteriores. Años en los que el presente macabro invitaba a alistarte en el ejercito o ejercer la prostitución. Años donde la lotería del destino repartía boletos de sida,hambruna o paludismo.

Cuando el futuro empezaba a aparecer por el horizonte, con unas elecciones que podían hacer que la vida empezara a sonreír un poco, otra vez la miseria llamaba a su puerta.

Siempre son los mismos los que sufren las consecuencias de la condición humana.



Después de varios días interminables en un marco desolador donde no quedaba nada, ni hospitales, ni comercios, ni bancos, ni escuelas, ni administración, donde sobreviven gracias a que organizaciones como Médicos sin fronteras o Save the children distribuyen utensilios básicos de higiene y cocina, no pudieron llevarse consigo cuando abandonaron sus casas, como mantas, jabón, toallas, detergente, platos y cubiertos de plástico y cubos para lavar.

En el fondo Ndric sabe que ha tenido suerte, otros compatriotas han muertos acuchillados o incluso quemados,y ha conseguido que sus hijos aún permanezcan con él.

Está muy preocupado por su pequeño Kassim. La fiebre no remite.

Le gustaría que fuera futbolista. Le ve maneras.

Llevaba años trabajando de sol a sol para intentar llevarlo a la escuela del equipo ASEC, escuela de jóvenes que dicen que es la joya de la corona de África.

Allí recibiría clases de  matemáticas, historia, geografía, física, francés, inglés y español, algo impensable para él.

A lo mejor podía tener la suerte y seguir el camino de algunos alumnos como

Kolo Touré, Aruna Dindane, Salomon Kalou, Didier Zokora, Yaya Touré, Emmanuel Eboué, o Gilles Yapi Yapo, todos los cuales juegan ahora en los principales clubes de europa

Pero ese sueño parece que se va a desvanecer para siempre.

¿qué futuro le espera a su familia?



Por fin han llegado a Butuo en Liberia, a unos escasos dos kilómetros de la frontera de Costa de Marfil.

Increíblemente la condición humana le da una nueva sorpresa. Los pobladores les dan literalmente la comida de sus platos y la ropa que llevan puesta.

Ellos han vivido lo mismo y no olvidan como les trataron en el país vecino durante los 14 años que duró su guerra civil.

Los que menos tienen son los que mas le dan.

Pero los víveres son escasos y las organizaciones no dan abasto para atender a tanto refugiado. Han iniciado la instalación de tanques de agua, letrinas y duchas, además de proporcionar agua limpia y bienes de primera necesidad a otros miles de personas.

Si no se actúa rápido, enfermedades como el paludismo empezarán a ser un nuevo problema que añadir.

Sentado en el campamento, escucha la historia de cuatro mujeres que han conseguido escapar de la zona de Dix-Huit Montagnes, cuya capital es Man. Grupos de bandidos, conocidos como coupeurs de route, establecen controles improvisados en los caminos y rodean a sus víctimas que caminan hacia el mercado o viajan en camionetas de transporte. Los delincuentes casi siempre van enmascarados y armados con rifles Kalashnikov, rifles de caza, cuchillos y machetes. Los atacantes operan de forma meticulosa, a menudo desvistiendo completamente a sus víctimas para asegurarse de que les arrebataron hasta la última moneda. También infligen abusos físicos e, incluso, llegan a matar a quienes se niegan a entregar el dinero o tratan de identificar a los agresores. Obligan a los maridos a ver como violan a sus mujeres e hijas, muchas de ellas menores.

Ndric no puede evitar coger en brazos a su pequeña Camile y abrazarla fuertemente,su inocencia de dos años hace que viva aún ajena a tal cantidad de barbaridades y juega con una piedra con otros niños. La ve al borde de la desnutrición.

Otro grupo cuenta como 4000 refugiados han quedado cortados en Guiglo, tirados en medio de la nada, sin nada que llevarse a la boca al no permitir las tropas su entrada. 2500 permanecen en los alrededores de la Parroquia de Nazaret.



Cada noche duerme con una camiseta del Sevilla que un miembro de la organización le entregó.

Ndric, en los pocos momentos de relajación, acostado sobre cualquier manta que ha conseguido, rodeado de los suyos, en un marco de miseria y desesperación, sin presente, sin futuro, sin saber siquiera si mañana volverá a ver el sol, cierra los ojos y sueña.

Sueña que es futbolista, sueña con jugar en Europa y marcar goles, muchos goles. Con un campo lleno coreando su nombre.

Con sacar a su familia de ese mundo que le ha tocado vivir, de poderle dar una vida digna a los suyos.

Solo hay una cosa que él tiene muy clara.

Mataría y daría lo que fuera por ello, y....él nunca dejaría escapar una oportunidad así...



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Publicado por Santiago Mora para SEVILLA SEVILLA SEVILLA el 8/01/2011 04:31:00 PM

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